«Hermanos y hermanas, ya han muerto muchos», dijo el Papa. «¡Por favor, que no se derrame más sangre inocente, ni en Tierra Santa, ni en Ucrania, ni en ningún otro lugar! ¡Basta ya! Las guerras son siempre una derrota, ¡siempre!»

«La oración es la fuerza mansa y santa que se opone a la fuerza diabólica del odio, del terrorismo y de la guerra», dijo el Santo Padre a los miles de personas reunidas. «Invito a todos los creyentes a unirse a la Iglesia en Tierra Santa y a dedicar el próximo martes, 17 de octubre, a la oración y al ayuno. Y ahora recemos a la Virgen«.

La petición del Papa Francisco se hace eco de la emitida por Cardenal Pierbattista Pizzaballa, el patriarca católico latino de Jerusalén, que ha instado a los católicos a organizar tiempos de oración con Adoración eucarística y recitación del Rosario este 17 de octubre, pidiendo paz y reconciliación en la Tierra Santa, entregando «a Dios Padre nuestra sed de paz, justicia y reconciliación».

«En este tiempo de dolor y consternación, no queremos permanecer impotentes. No podemos dejar que la muerte y su aguijón (1 Co 15,55) sean la única palabra que oigamos», afirmó el Cardenal Pizzaballa en una declaración publicada el 11 de octubre.

«Por eso sentimos la necesidad de orar, de dirigir nuestro corazón a Dios Padre. Sólo así podemos sacar la fuerza y la serenidad necesarias para soportar estos tiempos difíciles, dirigiéndonos a Él, en la oración y la intercesión, para implorar y clamar a Dios en medio de esta angustia.»

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