Uno de ellos es un equipo misionero argentino que trabaja en la Amazonia peruana. Apoyado por la Sociedad para la Propagación de la Fe y la Asociación de Infancia Misionera, este equipo, que incluye a la misionera laica Flavia Cuadro, trabaja diligentemente para servir a las comunidades indígenas y de colonos de esta remota parte del mundo.
Este proyecto misionero nació de una profunda llamada a la acción del Papa Francisco. «El proyecto nació a partir del Sínodo de los Obispos sobre la Amazonia (2019). Ante este pedido de la Iglesia, la Iglesia Argentina comenzó el proyecto como un esfuerzo conjunto de la Conferencia Episcopal Argentina y Las Obras Misionales Pontificias», compartió Flavia.
Monseñor Fernando Croxatto, presidente de la Comisión Episcopal de Misiones de la Conferencia Episcopal Argentina, desempeñó un papel crucial en el establecimiento de una asociación con el Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado, en Perú.
La misión abarca una amplia gama de actividades, todas ellas orientadas a fomentar el sentido de comunidad y fe entre la población de la Amazonia.
«Las principales tareas de este grupo misionero abarcan todo lo que ahora cubre esta Misión Ad Gentes. Nos centramos en formar comunidades cristianas en torno a Jesús, descubrir y apoyar ministerios, y dejar que el Espíritu Santo nos guíe. Nuestro campo misionero abarca alrededor de 100 comunidades, tanto de colonos como de nativos, pertenecientes a las etnias Matsiguengas y Asháninkas», detalla Flavia.
A pesar de los numerosos retos a los que se enfrentan los misioneros, tanto laicos como religiosos, su fe y determinación permanecen inquebrantables. «Los retos siempre están ahí, pero el Señor nos guía», reflexiona Flavia. El equipo misionero, compuesto por cinco misioneros con base en Kimbiri y Villa Virgen, se ha comprometido a llevar a cabo esta «misión permanente».
Incluso ante los desafíos, el equipo de la misión ha recibido la bendición y el apoyo del propio Santo Padre. Flavia nos cuenta: «Escribimos al Papa Francisco el pasado enero para compartir nuestra misión. Su respuesta y bendiciones llegaron a través de una carta a finales de año. Seguimos unidos a él y a toda la Iglesia en oración y espíritu.»
El mensaje de Flavia es un mensaje de ánimo y una llamada a la acción. «Me gustaría animar a todos a encontrar en su vida cotidiana una manera de ser misioneros. Ya sea en el ámbito familiar, laboral o de amistad, llevad la luz viva del Resucitado. Sed testigos del amor infinito que Dios tiene por cada uno de nosotros».
También hace hincapié en la importancia de la oración y el apoyo mutuo. «También les pido que recen por nosotros. Nos alegra rezar por la tSociedad para la Propagación de la Fe yla Asociación de Infancia Misionera de Estados Unidos, que hacen posible misiones como la nuestra.»
Es responsabilidad de todos nosotros extender nuestras oraciones y recursos para garantizar el éxito de estas misiones. Como Flavia dice tan elocuentemente: «Todos estamos llamados a ser misioneros en el camino diario de la vida».